A menudo se cree que meter los platos en el lavavajillas los higieniza automáticamente. En realidad, basta con un remedio natural. Veamos cuál es.
El lavavajillas debe cuidarse para mantener la vajilla realmente limpia.
El lavavajillas: un gran aliado
Si le pidieran que nombrara un electrodoméstico del que ya no pudiera prescindir, probablemente diría que el lavavajillas. Gran aliado en la cocina, sin duda nos ha salvado la vida a muchos y las cenas con la familia y los amigos. Sin embargo, con demasiada frecuencia su funcionamiento se da por sentado.
La gente piensa erróneamente que basta con cargarla, añadir el detergente específico y la sal para que funcione correctamente. Sí, precisamente la sal que evitará que la cal se deposite en vasos y otros platos.
De hecho, para asegurarnos de que es saludable y no deja de funcionar cuando más lo necesitamos, pero también de que no es peligroso para nuestra salud, basta con un pequeño truco natural.
El remedio natural contra los gérmenes
Probablemente sepa que, antes de meterlos en el lavavajillas, los platos, vasos y cubiertos deben limpiarse a fondo para asegurarse de que se eliminan los restos de comida. A pesar de ello, los filtros pueden obstruirse y aparecer olores desagradables.
Los filtros deben limpiarse una vez al mes. Sin duda una operación preventiva muy molesta pero útil. Todo ello, junto con un lavado periódico del aspirador, quizá acompañado de vinagre. Sin embargo, esto puede no ser suficiente, poniendo en peligro nuestra salud.
Se puede añadir medio limón a cada lavado del lavavajillas. El ácido cítrico contenido en la fruta es capaz de desengrasar en profundidad, dejando la vajilla más brillante. Además, puede desinfectar y perfumar el lavavajillas. El ácido cítrico también puede matar gérmenes y bacterias. Se trata de un remedio económico, ya que no es necesario utilizar limones nuevos, sino que también puedes utilizar los que ya tengas exprimidos en la cocina.
El medio limón debe colocarse en la sección donde habitualmente se colocan los vasos. A continuación, enciende el lavavajillas con el ciclo de vacío. La temperatura perfecta es de 37 grados. Conseguirás que el lavavajillas no sólo esté limpio, sino que además huela bien. Al fin y al cabo, el limón es un ingrediente natural que se ha utilizado en la limpieza del hogar desde tiempos inmemoriales. Verás que no podrás renunciar a él fácilmente.