TODOS LOS CONSEJOS PARA UNA ALBAHACA FRAGANTE Y FRONDOSA

Fragante, verde y llena de hojas: la basílica es una de las plantas aromáticas más famosas y populares.

Tener un plantón de albahaca en casa no sólo añade un toque de verdor al ambiente, sino que también es muy útil porque nos permite tener a mano sus hojas aromáticas que podemos utilizar en la cocina.

La basílica es famosa por sus propiedades diuréticas y antiinflamatorias, así como por el inconfundible sabor que puede dar a nuestros platos.

Pero, ¿cómo conseguir una planta fragante y frondosa, sobre todo en esta época del año?

Averigüémoslo juntos.

Evite ponerlo inmediatamente al aire libre

Normalmente, compramos el plántula de albahaca en el supermercado y cometemos el error de llevarla a casa y ponerla en el exterior a pleno sol.

De hecho, la plántula de supermercado basílica  se cultiva muy a menudo con luz artificial. En consecuencia, la exposición a luz directa podría matarla.

Por eso, en los primeros días, lo ideal es mantener el plantón en el interior y no en el exterior. El mejor lugar no está lejos de la ventana, para que pueda acostumbrarse poco a poco a la  luz natural.

Recoger las hojas en la parte superior

Siempre que necesite una hoja de albahaca para sus platos, debe coger las que se encuentran en la parte superior de la planta.

Las hojas  de la parte superior, de hecho, son las más jóvenes buenas: desprenderlas hará que la planta produzca otras nuevas en poco tiempo.

Por el contrario, si recogemos las hojas de la base de la plántula basílica, recogemos aquellas que son más viejas y que la planta regenerará con más esfuerzo.

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Elija el jarrón adecuado

Muchas personas cometen un grave error al dejar la basílica planta en la maceta de plástico en la que se vende en el supermercado.

El plástico es, de hecho, un material que se calienta con mucha facilidad, sobre todo en primavera primavera yverano: el calor excesivo daña la basílica.

La mejor solución es trasplantar la planta en una maceta de barro. Este material se mantiene siempre bastante fresco, garantizando a la planta un mayor bienestar y un mejor hábitat.

¿Flores? No, gracias.

Cuando está particularmente sana, la basílica produce hermosas inflorescencias de color blanco .

Aunque agradables a la vista, éstas deben cortarse. La albahaca consume demasiada energía para producir y mantener vivas las flores, en detrimento de las hojas.

Así que no tengas miedo de cortar las flores: ¡es sólo por el bien de tu planta!

Agua correctamente

Uno de los secretos para tener una planta de albahaca fresca y fragante es regarla de la forma adecuada.

El suelo debe mantenerse constantemente húmedo y la planta debe regarse siempre que parezca seca.

El mejor momento para regar es a temprano por la mañana, cuando el sol no es tan fuerte como para que el agua se evapore inmediatamente.

Además, evite regar las hojas cuando riegue su semillero.

Cuidar las hojas

La albahaca hoja debe mantenerse bajo control para evitar que perezca demasiado pronto o sea atacada por enfermedades.

No las riegue al regarlas, pero manténgalas frescas rociándolas con un poco de agua cada 2-3 días cuando el tiempo sea especialmente bochornoso.

Además, ten siempre cuidado con su superficie, comprobando que no haya insectos o parásitos atacando a la planta.

Posos de café y otros abonos

¿Has notado que tu plantón está produciendo pocas hojasAliméntalo regularmente para estimular la producción de nuevas hojas.

Lo ideal es un fertilizante a base de nitrógeno que estimule el crecimiento vegetativo .

Entre los abonos naturales de bricolaje que puedes utilizar se encuentran el agua de cocción de verduras (absolutamente sin sal), que debe usarse como agua de riego al menos una vez a la semana, o las cáscaras de plátano.

En este último caso, basta con reducir las cáscaras de plátano en pequeños trozos rectangulares y colocarlos sobre la tierra de albahaca.

Con el tiempo, la tierra absorberá el potasio contenido en las bayas, estimulando el crecimiento de la planta.

Por último, uno de los mejores abonos de bricolaje son los granos de café.

Un método para utilizarlas como abono consiste en reducirlas a polvo y esparcirlas por el suelo.

En realidad, sin embargo, también es muy útil mezclarlos con agua (un poso de café por litro) para utilizarlos como agua de riego.

Cuidado con el viento

Por mucho que le guste el aire libre, la basílica no tolera las corrientes de aire.

Por lo tanto, no la tengas en un lugar demasiado expuesto al viento: aunque parezca débil, el viento debilita la planta y, con el tiempo, hace que pierda sus hojas.

Lo ideal es colocar la planta en el alféizar de una ventana o, si está al aire libre, en un lugar protegido.

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