Cuando estás considerando utilizar remedios naturales,el bicarbonato de sodio es definitivamente la mejor opción a tomar.
Su eficacia en todos los rincones del hogar hace que este ingrediente sea indiscutible para realizar cualquier tipo de limpieza con eficacia.
Hoy, descubra los usos de este polvo en la cocina. Esta es una habitación que puede aprovechar al máximo la acción limpiadora y abrasiva del bicarbonato de sodio. ¡Te sorprenderá!
Para limpiar el acero
¿Cómo tener una superficie de acero siempre limpia y brillante ? Esta es la pregunta que atormenta a muchas personas.
Es un material bastante especial porque se raya con facilidad. Por eso hay que tener especial cuidado al limpiarlo.
El bicarbonato de sodio es perfecto para refrescarlo especialmente para manchas difíciles. ¡Te explico cómo usarlo enseguida!
Haz una pasta espesa con 1 cucharada de bicarbonato de sodio y un poco de agua hasta obtener la consistencia de un gel.
Extender la mezcla con la esponja y limpiar el acero, teniendo cuidado de no frotar demasiado fuerte. Aclare y admire el resultado.
Para neutralizar los malos olores
Cuando entras en la cocina, se perciben los malos olores y esa es una de las señas de identidad de esta habitación.
A menudo, son alimentos fuertes como el pescado o las verduras hervidas los que hacen insoportable el ambiente con su hedor.
Afortunadamente, el bicarbonato de sodio puede venir al rescate y deshacerse de ellos de una vez por todas.
Antes de cocinar, basta con colocar 1 vaso o 1 cuenco lleno de bicarbonato sobre la campana o cerca de los fogones para que absorba los posibles olores.
Verá que ha acabado con todos sus problemas de olores en la cocina.
Para desengrasar la vajilla
Después de preparar una abundante comida para toda la familia, llega el momento de limpiar y fregar los platos.
Si su vajilla, platos y cubiertos no son especialmente grasientos, fregarlos puede resultar sencillo. Sin embargo, si están muy incrustados, la tarea se complica.
Sin embargo, con bicarbonato de sodio, puedes hacer desaparecer en un santiamén incluso las incrustaciones más difíciles.
Todo lo que tienes que hacer es llenar tu fregadero con agua caliente y añadir 3 cucharadas de bicarbonato sódico junto con otros ingredientes que utilices para desengrasar. Deja la vajilla en remojo antes de lavarla.
De esta forma, tendrás los platos limpios sin demasiado esfuerzo.