Aunque los limoneros se encuentran entre los árboles frutales más sencillos de cultivar, son una planta específica que requiere muchos cuidados.
Cuando plantas un limonero en interior, necesita un tratamiento especial. Si no crece lo suficiente, aunque lo tengas desde hace varios años, es que algo va mal.
Por lo tanto, debe tener en cuenta estos algunos consejos valiosos para tener un limonero que florezca adecuadamente.
Considerar la fase de latencia
Cuando no respeta las condiciones de latencia, puede bloquear el crecimiento de su limonero causando la pérdida de todas sus hojas.
Para un limonero, la latencia se produce durante el periodo invernal. En esta época, su planta necesita una buena dosis de luz para compensar los días cortos. También debe prestar atención al riego y sobre todo no abonar.
Elegir la maceta y la tierra adecuadas
No es necesario trasplantar un limonero si el sistema radicular de la planta no ha sido invadido por un terrón de tierra.
Para que su limonero crezca correctamente, debe optar por macetas con grandes agujeros de drenaje. Deben ser lo suficientemente profundos y anchos. Además, no plantes tu limonero hasta el fondo. Una vez que la planta se haya introducido bien en la tierra, riégala con cuidado. A continuación, colóquelo en un lugar fresco, bastante luminoso y con un buen nivel de humedad.
Para conseguir un limonero frondoso, recuerda comprobar la tierra. Al fin y al cabo, no crecerá en las condiciones adecuadas si lo plantas en la tierra equivocada. Los limoneros y algunas plantas de interior aprecian una mezcla especial de tierra. Hay que poner fibra de coco, arena gruesa o incluso perlita en la tierra.
Riego adecuado
Un problema de riego puede tener un efecto desastroso en su limonero. De hecho, necesita darle un buen suministro de agua en primavera y verano. Sin embargo, necesita dejar secar la capa superior del suelo antes de volver a regar para evitar que se pudran las raíces de su planta.
Durante el invierno, el riego debe ser menos frecuente. No obstante, es importante mantener el suelo constantemente húmedo.
Si utilizas agua de mala calidad,la tierra no drena correctamente.
Se compacta, el agua no circula y las raíces se pudren.