El aguacate es una de mis frutas favoritas para comer y utilizar en una receta porque hacen que cualquier comida sea mucho mejor de lo que ya es. Como me gustan tanto y además es temporada de cultivar varias verduras y frutas, pensé ¿por qué no intentar cultivar mis propios aguacates en casa? Fue entonces cuando me topé con este video tutorial de Daisy Dawes en Youtube y ¡aprendí a cultivarlos a partir de semillas en un vaso!
Qué necesitarás:
- Aguacate
- Palillos
- Toallas de papel
- Vidrio
- Tierra para macetas
- Olla
- Agua
Cómo llegar:
Paso 1
Consigue un aguacate bueno y maduro (los más grandes son los mejores, pero también puedes utilizar aguacates pequeños), ábrelo horizontalmente o transversalmente para asegurarte de no dañar la parte inferior de la semilla, y retira suavemente la semilla de la fruta. Limpie bien la semilla con una toalla de papel, luego pele la piel e inserte unos palillos alrededor de la parte puntiaguda de la semilla como se muestra en el video, asegúrese de no insertar los palillos profundamente en la semilla.
Paso 2
Coloca la semilla en el vaso utilizando los palillos para mantener la semilla colgando, luego llena el vaso con agua hasta que llegue a la mitad de la semilla, y déjalo en un lugar con luz directa. Comprueba el nivel del agua cada par de días y, cuando baje, cámbiala por otra fresca; al cabo de 2 meses, comprueba si la semilla ha germinado.

Paso 3
Puedes seguir cultivando semillas con brotes pero las que no brotaron en absoluto no servirán, entonces una vez que a la semilla le haya crecido un tallo, puedes trasplantarla a una maceta. Llena una maceta con tierra para macetas, luego cava un agujero en el centro y entierra la semilla hasta la mitad quitando también los palillos, a las semillas de aguacate no les gusta la tierra demasiado húmeda o demasiado seca.
Paso 3
Riega la tierra para que se asiente alrededor de la semilla y asegúrate de no empujarla hacia abajo para no dañar el tallo. Una vez que le hayan salido hojas, pellizca la punta de la hoja en el mismo centro para hacer una punta de crecimiento, luego asegúrate de que cuando riegas la semilla, lo haces hasta el fondo de la tierra porque este tipo de semilla es sensible a los depósitos minerales. Una vez que la planta se haya adaptado al suelo, colócala en tu jardín donde haya mucha luz solar.
