Clava los clavos en el limón, descubrirás algo muy interesante: lo que ocurre

Desde hace años, impulsados también por la sociedad en la que vivimos, deambulamos en una búsqueda constante de algo más. En el imaginario colectivo, de hecho, pensamos que todo lo que podamos necesitar debe ser necesariamente más tecnológico; más innovador; más nuevo, etcétera. Sin embargo, si nos detenemos a reflexionar, podemos llegar a darnos cuenta de hasta qué punto son en realidad las cosas más simples las que nos hacen la vida más fácil de vez en cuando.

Lo que podemos hacer por nuestra cuenta utilizando métodos naturales y eficaces no sólo nos permite conseguir los resultados deseados, sino que también nos hace sentirnos orgullosos y satisfechos del trabajo realizado. De hecho, los remedios de bricolaje pueden ayudarnos con muchas cosas. Son útiles para la limpieza de la casa, por ejemplo, pero también para el cuidado de las plantas, el huerto y el jardín.

Sí, es cierto: para que las plantas crezcan fuertes y frondosas, a menudo no es necesario utilizar productos químicos caros y potencialmente dañinos. A veces basta con utilizar lo que tenemos en casa para crear soluciones eficaces a algunos de los problemas que podemos encontrar en las plantas. Entre ellos se encuentra el amarilleo de las hojas. En este caso concreto, sólo necesitamos unas uñas y un limón para intervenir. A continuación te contamos para qué sirve este remedio y cómo ponerlo en práctica.

El bienestar de las plantas

Al igual que nos ocurre a los humanos, también las plantas pueden sufrir dolencias relacionadas con carencias de elementos indispensables para su correcto crecimiento. Plantas como los cítricos; las fresas; las hortensias; las camelias; las moras; las mimosas; las gardenias y los madroños, por ejemplo, se definen como acidófilas, y como su nombre indica, requieren un suelo con un pH ácido.

Le carenze del terreno

Si el pH del suelo se vuelve gradualmente más y más alcalino, y las plantas acidófilas ya no pueden absorber el hierro que necesitan, sus hojas se volverán amarillas. Por lo tanto, un suceso así es señal de que hay que poner remedio cuanto antes, y aquí es donde entran en juego los clavos y los limones.

¿Qué pasa si clavamos los clavos en el limón

No todo el mundo sabe que el ácido férrico contiene dos elementos muy importantes para las plantas, a saber, el ácido ferroso y el ácido férrico. Y es precisamente este último el que necesitarían las mencionadas acidófilas en el caso de que sus hojas comenzaran a ponerse amarillas. En caso de que queramos actuar de inmediato, basta con clavar clavos en el interior de un limón, acordándonos de dejar de dos a tres milímetros de espacio para que puedan ser extraídos con mayor facilidad.

Perché infilare i chiodi nel limone

De esta forma, el ácido cítrico favorecerá la formación de óxido en tan sólo dos días. Llegados a este punto, una vez retirados todos los clavos, exprimido el limón y extraído el zumo, habremos obtenido una solución rica en ácido ferroso.

Basta con añadir dos mililitros de zumo de limón oxidado a un litro de agua, mezclar bien y regar las plantas ácidas cada quince o treinta días. Las hojas recuperarán poco a poco su color natural y las plantas volverán a absorber todos los elementos que necesitan.

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