Al usar la lavadora, es mejor no lavar a 60 grados. Pero, ¿qué es lo que ocurre? Los expertos responden de una vez por todas.
Tener una lavadora en casa, tecnológicamente avanzada, no siempre significa elegir la temperatura correcta. Hay prendas y tejidos que requieren temperaturas bajas, mientras que otros sólo vuelven a estar limpios con las altas. Los expertos subrayan que en la mayoría de los casos sería mejor no lavar a 60 grados: pero ¿qué ocurre? Intentemos aclararlo.
¿Cómo elegir la temperatura adecuada en la lavadora?
Los expertos han observado que, la mayoría de las veces, nadie sabe ajustar correctamente la temperatura de la lavadora. Lo primero que hay que hacer es leer la etiqueta siguiendo los consejos del fabricante. Algunos tejidos requieren temperaturas bajas, mientras que otros deben lavarse incluso a mano.
Aunque el lavado a 60 grados< no siempre es recomendable, sólo para ciertos tipos de tejidos, en otros casos existe una dificultad básica.
Es importante no elegir siempre la misma temperatura, haciendo un único lavado sin distinción. Esto se debe a que, como se ha mencionado, hay fibras que podrían estropearse durante el lavado. Y no sólo eso, el objetivo principal es, sin duda, limpiar, pero también higienizar y eliminar bacterias.
Lavar a 60 grados: ¿está siempre permitido o no es recomendable?
Es una cuestión de las prendas en primer lugar y de los tejidos.< Cuando los tejidos están sucios proliferan las bacterias, y es importante higienizarlos a fondo. A menudo se prepara un lavado rápido a altas temperaturas para tener una prenda limpia, pero no es la solución adecuada.
La temperatura ideal para eliminar gérmenes y bacterias es de 40° y 50°. Por supuesto, los electrodomésticos modernos y tecnológicamente avanzados utilizan programas muy especiales para higienizar los distintos tejidos. El tratamiento específico es aire caliente seco con temperaturas no superiores a 40°.
Lo mismo se aplica a la ropa de cama, que debe lavarse a temperaturas de hasta 60° y no superiores. Como norma general, sería bueno no superar nunca los 40° para destruir las bacterias, higienizar y conseguir una limpieza impecable.
Si las prendas son blancas, la temperatura ideal es siempre 30° o directamente frío. La suciedad se eliminará y el color se mantendrá vibrante y brillante.
Esto no cambia para las prendas oscuras, que deben lavarse siempre a una temperatura de 30°. Si se pone una temperatura más alta, la prenda puede desteñir por completo.
Pero entonces, ¿todo debe lavarse a menos de 60°? En realidad casi todo, de hecho hasta los vaqueros requieren una temperatura baja, para no estropearlos pero sí higienizarlos a fondo. El mismo argumento se aplica también a la chaqueta clásica, que incluso podría lavarse a temperaturas frías.
Obviamente, estos son los consejos generales de los expertos, pero siempre es bueno leer la etiqueta con las instrucciones del fabricante para no estropear los tejidos.