En un jardín público, en una terraza, en la mesa de la oficina, en el alféizar de una ventana, en un rincón del salón: ¡los lugares donde puede haber visto el Árbol de jade son realmente infinitos!
Planta suculenta, cuyo verdadero nombre es Crassula Ovata, el árbol de jade es una de las plantas más resistentes que existen, apta incluso para quienes se inician en el mundo de la jardinería.
Su sencillez va de la mano con su belleza, pero es importante seguir unas sencillas reglas para mantenerla en saludable y hermosa. Descubramos cómo.
Encontrar el lugar adecuado
Planta de interior y exterior, el árbol de jade encaja bien en casi cualquier ambiente.
Lo ideal, sin embargo, es mantenerla a la luz solar indirecta, es decir, en algún lugar de la casa o balcón donde haya mucha luz. Sin embargo, debe evitarse la exposición directa al sol, sobre todo en los meses más calurosos, como julio y agosto.
La luz constante garantizará un buen crecimiento para esta planta y mantendrá todas sus hojas sanas y hermosas.
Agua con moderación
¿Agua? Sí, por favor, ¡pero nunca demasiada!
Recuerde que se trata de una planta grasa y que, en sus hojas redondas,tiene un auténtico almacén de líquidos. En los meses fríos, deje de regar o riegue lo justo para mantener la tierra apenas húmeda.
Durante los meses cálidos, sin embargo, deberá regar con más regularidad, incluso una vez cada 3-4 días cuando las temperaturas superen los 25 °C.
Mantener las hojas limpias
Mantener limpias las hojas del árbol de jade no es una simple costumbre, sino un gesto importante.
Pasar un algodón empapado en una mezcla de agua (500ml) y jabón de Marsella (30 gramos) es útil para evitar la acumulación de polvo, prevenir la propagación de esporas portadoras de enfermedades y los ataques de ciertos parásitos.
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Fertilizar
Es muy posible que no abones esta planta y sigas viéndola crecer bien, pero si la abonas la verás aún más frondosa y con hermosas hojas verde esmeralda.
Utilice un abono para suculentas o elija un abono natural, por ejemplo, granos de café que, desmenuzados en el suelo, liberan nitrógeno, una sustancia muy útil para el crecimiento de las plantas.
Control de plagas
Incluso el árbol de jade, aunque con menor frecuencia que las plantas con flor, puede ser atacado por algunos parásitos, sobre todo si se mantiene al aire libre.
Revisa sus hojas y sus ramas cada semana. Si detecta plagas, actúe de inmediato con un producto antiparasitario o un remedio natural útil contra las plagas más comunes, como los áfidos y los piojos.
Podar regularmente
Aunque no es una plaga, el árbol de jade también debe podarse.
El objetivo es tanto mantener un aspecto ordenado y bastante simétrico como permitir que todas las partes de la planta, incluidas las centrales, reciban buena luz, sin que las ramas más exteriores proyecten una sombra perenne.
La mejor época para la poda es a principios de primavera y, para ello, puedes utilizar unas tijeras o tijeras de jardín, teniendo la precaución de limpiarlas bien antes de usarlas.
Proteger de la humedad
Aunque es muy resistente al calor, el árbol de jade puede volverse quebradizo cuando las temperaturas se mantienen constantemente por encima de los 30 °C.
Cuando esto ocurra, normalmente en los días más bochornosos del año, evite mantener la planta a la luz solar directa, trasladándola a un lugar un poco más sombreado.
Si no puede moverlo, sombree con un paño transpirable.
Trasplantar cuando sea necesario
A medida que el árbol de jade crece, brotando nuevas ramas y densas hojas nuevas, sus raíces también crecen y necesitan más espacio.
Por eso, al menos una vez cada 2-3 años, deberías reembrar tu planta, eligiendo una maceta ligeramente más grande que la anterior: con espacio suficiente, se mantendrá sana y floreciente.