Si lavas a mano o con el lavavajillas, a menudo te preguntas qué puedes hacer para mantenerte seguro. Una de estas preguntas se refiere al uso de lejía.
Para eliminar bacterias y gérmenes, puedes confiar en la eficacia de la lejía. Pero si no la usas correctamente, este agente puede destruir todo lo que encuentre a su paso.
Lavar los platos con lejía: ¿qué ocurrirá?
Tanto si lava los platos a mano como en la lavadora, La lejía es el producto que necesita para neutralizar los gérmenes. Durante años, este producto líquido ha sido considerado la solución más eficaz para desinfectar objetos antes de la aparición de los lavavajillas.
Sin embargo, antes de limpiar la vajilla con esponja y lejía, deberías evitar cometer estos errores comunes como todas las personas.
Empezando por la desinfección de una superficie. Se trata de una tarea que no requiere sumergir completamente la superficie en lejía. De hecho, para limpiar y eliminar bacterias, basta con utilizar una cucharada de lejía por cada galón de agua.
Además, no es necesario utilizar agua caliente para diluir la lejía. Por una buena razón: el cloro se evaporará y hará desaparecer las propiedades desinfectantes del producto. Lo mejor es utilizar agua corriente.
Sin embargo, no basta con utilizar agua fría. Si diluye la lejía con agua, sus propiedades se evaporarán y dejará de ser eficaz al cabo de unas horas. Por lo tanto, debe preparar la lejía en la proporción correcta en el momento de usarla.
También puedes utilizar lejía en el lavavajillas añadiendo dos botes de lejía al ciclo de aclarado de la lavadora. Para ello, pon un tapón de lejía en el cajón del detergente.
Limpiar la vajilla con productos naturales como el vinagre
Si no te gusta el olor de la lejía, puedes utilizar vinagre para conseguir una vajilla limpia y sin manchas.
Sumerja la vajilla en un recipiente con una solución de vinagre o vierta 250 ml de vinagre en un compartimento del cesto superior y ponga en marcha la máquina.