¿Qué planta es más adecuada que la orquídea para dar a su hogar un toque de elegancia y color?
Esta característica planta, originaria de los países tropicales, es una de las más amadas y odiadas al mismo tiempo: su belleza iba de la mano de las dificultades de cultivo.
En realidad, tener una orquídea sana, floreciente y bonita no es imposible. Basta con seguir una serie de consejos y prestar atención a unos cuantos detalles.
Muchas personas, sin embargo, cometen errores que pueden comprometer la belleza y salud de la planta, sin siquiera darse cuenta y repitiendo durante mucho tiempo el mismo gesto o comportamiento erróneo.
Veamos cuáles son los más comunes, para poder evitarlos y mantener nuestras orquídeas prósperas.
Jarrón equivocado
El error más común que cometen los propietarios de esta maravillosa planta es mantenerla en una maceta de plástico oscura.
Las raíces de las orquídeas crecen más sanas y si reciben toques directamente luz. Por eso es útil elegir una maceta transparente.
Normalmente, el plantón se vende ya en este tipo de maceta. Cuando no es así, una de las primeras cosas que hay que hacer al traerlo a casa es reemplazar la maceta.
Además, cuando esto sea transparente, le resultará más fácil comprobar el estado de las raíces y podrá darse cuenta antes de un problema que las afecte.
Luz directa
Otro error extremadamente común: ¡ponéis la orquídea luz directa!
La luz directa es perjudicial para esta planta que, acostumbrada a lugares tropicales, a menudo se ve cubierta por la sombra de plantas más grandes.
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Si coloca la orquídea en un lugar donde el sol llega directamente, sus hojas puede dañarse por la luz demasiado calor.
Además, los brotes pueden quemarse y dejar de florecer.
Uno de los primeros síntomas de un exceso de luz es el cambio de color de las hojas hojas que poco a poco empiezan a amarillear.
¿La solución? Coloque esta planta en un lugar luminoso, pero donde la luz le llegue indirectamente. Por ejemplo, en el alféizar de una ventana orientada al norte o al sur o con un cristal templado.
Humedad baja
La humedad es crucial para que tu orquídea sobreviva: mantenerla en un lugar donde tiende a ser baja y el aire es seco significa que se enfrentará a alejarse y a la muerte.
Para esta planta, el contenido de humedad óptimo no es menos de 60%. Por eso es importante mantenerlo en un lugar o una habitación húmeda.
Por regla general, en casa, las habitaciones más húmedas son el baño y la cocina.
Si, por el contrario, el aire de su casa tiende a ser seco en todas partes, puede recurrir a un truco muy fácil: cada 2-3 días, espolvoree un poco de agua sobre el follaje de su orquídea.
De este modo, la planta gozará de un contenido óptimo de humedad.
Abono inadecuado
Abonar sin prestar demasiada atención a la composición del abono: un error muy grave que puede costarle la salud a nuestra orquídea.
En realidad, esta planta debe abonarse con productos específicos que tengan una mayor cantidad de nitrógeno fósforo y potasio.
El equilibrio se consigue cuando se observa la fórmula 30:10:10, es decir, 30 partes de nitrógeno por 10 de fósforo y 10 de potasio.
Cuando el aporte de nutrientes está desequilibrado, el ciclo de crecimiento de la planta puede verse alterado, con consecuencias incluso graves.
Recuerde, además, respetar las instrucciones de alimentación especificadas para cada abono: por regla general, en los meses cálidos, abone cada dos semanas. Por el contrario, en los meses fríos, la fertilización debe suspenderse.
Demasiada agua
El hecho de que la orquídea necesite riego regular ¡no significa que haya que regarla todos los días!
Las necesidades de agua de esta planta varían en función de su ciclo vital y de la temperatura.
En los meses fríos, es decir, en otoño y en invierno, el riego debe ser mínimo: basta con mantener la tierra ligeramente húmeda.
Cuando haga calor, por el contrario, riegue con más frecuencia. No hay ninguna regla, riegue cuando el suelo se seque y deje de estar húmedo.
Entorno demasiado oscuro
Al igual que demasiada luz, demasiada oscuridad también puede ser nociva para su orquídea.
Recuerda que esta planta nunca debe colocarse en un baño ciego o en cualquier lugar sin una fuente de luz natural.
Algunas personas temen que la luz de verano la dañe y le haga sombra: en realidad, esta planta tiene una gran necesidad de luminosidad de todos modos. Elija siempre un lugar donde la luz esté presente durante muchas horas al día.
Esta regla es especialmente importante para favorecer el blooming.
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