Los granados no sólo son conocidos por sus deliciosos frutos, ricos en nutrientes, sino también por sus hermosas plantas ornamentales. Si no tiene un jardín grande, ¡no se preocupe! Los granados pueden cultivarse en macetas, lo que permite a los jardineros urbanos y a los que disponen de poco espacio disfrutar del proceso. Aquí tienes una guía paso a paso para cultivar un granado a partir de semillas en una maceta:
1. Recogida de semillas:
- Seleccione una granada madura: Elija una fruta firme, de color brillante y sin manchas.
- Extraer las semillas: Cortar la granada por la mitad y extraer con cuidado las semillas.
- Limpiar las semillas: Coloca las semillas en un colador y deja correr agua fría sobre ellas para eliminar la pulpa adherida.
2. Preparación de las semillas:
- A remojo toda la noche: Pon las semillas limpias en un bol y cúbrelas con agua. Déjalas en remojo toda la noche.
- Estratificación (opcional): Este proceso consiste en colocar las semillas sobre una toalla de papel húmeda dentro de una bolsa de plástico y refrigerarlas durante unas semanas. Puede aumentar el porcentaje de germinación, aunque las semillas de granada suelen germinar sin estratificación.
3. Plantar las semillas:
- Elige la maceta adecuada: Una maceta de 15 a 20 cm con buen drenaje es ideal para empezar.
- Prepara la tierra: Opta por una mezcla para macetas que drene bien, que puedes comprar o preparar en casa con partes iguales de compost, arena y musgo de turba.
- Siembra las semillas: Coloca las semillas a unos ¼ de pulgada de profundidad en el suelo, asegurándote de que estén espaciadas al menos una pulgada.
- Riego ligero: La tierra debe estar húmeda, no empapada.
4. Cuidado de los plantones:
- Luz solar: Asegúrate de que tu maceta recibe al menos 5-6 horas diarias de luz solar directa.
- Riego: Mantenga la tierra constantemente húmeda pero no encharcada. Una vez que las plántulas hayan crecido unos centímetros, puedes reducir la frecuencia.
- Protección: Aunque las granadas pueden tolerar algo de frío, es mejor proteger las plantas jóvenes de las temperaturas bajo cero.
5. Trasplante y poda:
- El tamaño importa: Cuando a tu árbol se le quede pequeña la maceta inicial, trasládalo a otra más grande, o directamente al suelo si el espacio lo permite.
- Poda: Una vez que su árbol alcance unos treinta centímetros de altura, considere la posibilidad de podarlo para fomentar la ramificación. Esto le proporcionará una base más fuerte y favorecerá una mejor fructificación en años venideros.
6. Fertilización:
- Utilice un abono equilibrado de liberación lenta, preferiblemente orgánico. Empiece a abonar en primavera y continúe durante todo el periodo vegetativo, pero evite el exceso de abono, ya que puede dificultar la fructificación.
7. Desafíos potenciales:
- Plagas: Vigilar pulgones, mosca blanca y cochinillas.
- Enfermedades: Los granados son relativamente resistentes, pero ocasionalmente pueden sufrir infecciones fúngicas. Procure que circule bien el aire y evite el riego excesivo.
8. Cosecha:
La paciencia es la clave. Pueden pasar varios años antes de que tu árbol dé frutos, sobre todo si ha crecido a partir de semillas. Pero una vez que aparezcan, espere a que las granadas alcancen un color intenso y suenen ligeramente huecas al golpearlas antes de cosecharlas.
Conclusión:
Cultivar un granado a partir de semillas en una maceta es una empresa agradable que pueden llevar a cabo incluso quienes disponen de poco espacio. Con paciencia y los cuidados adecuados, se verá recompensado con un follaje vistoso y unos frutos que le harán la boca agua. ¡Feliz jardinería!